miércoles, 20 de enero de 2016

Una Japonesa en España.


¡¡Hola a todos!!
En la entrada de hoy vamos a ver que es lo que piensa una Japonesa que vive en España, lo que le gusta, lo que echa de menos, lo que le impacta de nuestra cultura..., etc.

Esta entrada ha sido gracias a Nami, encargada del restaurante Kote, en Sabadell.
Nuestra protagonista (Nami), decidió estudiar idiomas extranjeros en la Universidad de Tokyo y opto por el inglés y el castellano.
De mente abierta, siempre estuvo acostumbrada a relacionarse con gente Occidental y eso la motivo para querer saber más.
A los 19 años decide venirse a Sabadell (Barcelona) a pasar un verano con una familia de aquí.
Durante ese periodo de tiempo, es cuando se encuentra con los primeros choques culturales, tanto para bien como para mal.
Le fascina el concepto que tenemos de la familia, muy unida y conectada, puesto que en Japón, los miembros familiares son muy independientes unos de otros y las reuniones solo se celebran en ocasiones muy puntuales; Allí, eso de ir los sábados o domingos a comer a casa de los padres no se lleva mucho, en Japón no existe el compromiso familiar.
A Nami le gusta este nuevo concepto de familia, la cercanía y confianza que hay y los vínculos creados.
A nivel relaciones, le asombra como las parejas pueden demostrar su amor o su enfado en público.
Esa exhibición de emociones es prácticamente nula en el país del sol naciente, donde el contacto físico es más bien escaso, y es muy pero que muy difícil ver a una pareja besarse en un bar o en el metro; como mucho veremos parejas cogidas de la mano y poco más.

Pareja japonesa y europea.
                               


Pero también se encuentra por primera vez con cosas que no le gustan nada, como por ejemplo, la impuntualidad a la que los Españoles estamos tan acostumbrados, también no entiende y disgusta la falta de información en estructuras publicas, como por ejemplo, que un tren llegue tarde y al usuario no se le de ningún tipo de explicación ni de solución.

Después de esta primera experiencia vuelve a Kasai, su ciudad natal y sigue con sus estudios de Filología Hispana, hasta el momento, en el que vuelve a Barcelona para estudiar durante un año en la UAB.
En ese año, tiene tiempo para ir conociendo mejor nuestra cultura, costumbres, idioma... hace amistades y se enamora cada vez más de nuestro país, aun que no es de lo único que se enamora.

De vuelta en Kasai, van pasando los días, los meses y ella echa de menos algo que se dejó en España.
Al cabo de tres años se da cuenta de que tiene que tomar una decisión y finalmente decide dejar su ciudad natal, su familia, amigos, costumbres y cultura para instalarse definitivamente en Sabadell.

Gracias a sus estudios, el idioma no fue una barrera en su adaptación a su país de acogida, pero hubo en muchas otras cosas que si se tuvo que adaptar.
El carácter japonés es muy distinto del nuestro ya que ellos siempre evitan la confrontación, siempre van con cuidado de no ofender, los gestos siempre son gentiles y educados... Nami se da cuenta de que en su día a día, ese carácter japonés le perjudica más que otra cosa y debe renunciar a tanto protocolo y adoptar una pose más directa y mordaz; cosa que chocaría mucho a sus paisanos nipones.
Pero tiene una cosa muy clara, y es que por mucho que viva aquí, jamás renunciara al altruismo del que el japonés se siente tan orgulloso. Este calificativo es muy importante para ellos, ya que es la base de muchas de las cosas en Japón. La armonía de la comunidad.

Una vez  ya instalada en Sabadell, empieza su nueva rutina en un lugar que, aun que ya conoce, aún le es extraño. Poco a poco empieza a echar de menos cosas de su país, como la comida, Las estaciones del año... En Japón las cuatro estaciones están muy marcadas y se les da mucha importancia a cada una de ellas, ese cambio en la naturaleza no deja de ser un espectáculo visual para los ojos del japonés
Las 4 estaciones del año 


También echa en falta las zonas de ocio; como los grandes centros comerciales o zonas y barrios de tiendas, en los que puedes ir en cualquier día de la semana, ya sea a comprar, pasear o tomar algo. Los Onsens o Spa,  también es una cosa de la que carecemos aquí, la opción de irte a unas agua termales después de una dura jornada de trabajo es algo, que creo que cualquiera echaría de menos... El ocio en Japón es bastante diferente al de aquí, ya que hay mucha más variedad y siempre puedes encontrar algo que hacer, esto ayuda a que no haya una rutina tan establecida.

Zonas comerciales y spas


Al mismo tiempo que tiene un poco de nostalgia, también hay cosas en su nuevo día a día que le alegran y que las echa de menos cuando va a Japón de visita. Se ha acostumbrado fácilmente a esa libertad que tenemos a la hora de hacer las cosas, de decir lo que pensamos, de no estar tan marcados por una sociedad tan milimetrada como lo es la Japonesa, en la cual si uno se sale de lo estipulado puede ser juzgado e incluso rechazado por el resto, o esa sensación de que el sacrificio es casi una obligación... todos esos sentimientos y sensaciones aquí desaparecen y lo que predomina es nuestro carácter alegre, abierto, sociable y como decía al principio más libre.

Nami es una mujer trabajadora como la que más y durante los tres primero años trabaja en un restaurante japonés; trabajando también se da cuenta y aprecia que aquí las mujeres son más independientes y fuertes, con más poder de decisión y más guerreras. Aún que la sociedad japonesa está cambiando (y bastante) aún predomina mucho el machismo y el tradicionalismo.
Los años van pasando y Nami ya se siente como una más aquí, sigue habiendo cosas que le chocan, como que los niños vayan al cole con sus abuelos, ya que en Japón los peques van solos al cole prácticamente des de los 5 años, claro está, que eso se debe a la alta seguridad y protección que se encuentra en cualquier zona del país, incluso en grandes metrópolis como Tokyo u Osaka.


Niños de preescolar 

Pero esto, ya son pequeñas cosas que más que echarlas de menos las encuentra anecdóticas y le recuerdan cuan diferentes son ambas culturas y que fácil es encontrarse a gusto con ambas.

Ahora Nami tiene un trozo de cada cultura en su trabajo, el restaurante Kote, en el cual se respira la influencia recibida, la ilusión depositada, el esfuerzo realizado y las ganas de querer seguir aprendiendo.

Con Nami en el restaurante Kote.


Espero que esta entrada os haya gustado, ya que está hecha con mucho cariño y respeto.
¡¡¡Saludos a todos!!! ^^



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